El Otro

sábado, julio 15, 2006

Ojos



















te he dicho pocas veces,
en innumerables palabras,
las hermosas puertas hacia tú corazón,
donde no hay reflejo, donde sólo puedes encontrarlos,inmóviles,
esperando que la noche te busque y
perderte en la luz del cielo,
que se dejan ver en tu rostro,
semblante que es bello color después de la lluvia,
rostro, semblante que existe sólo para admirarlo. Me rindo a tú alma,
porque a veces me encarcela,
para existir, para vivir.

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